Mikhail Alexandrovich Bakunin (1814-1876) fue un filósofo, revolucionario y uno de los principales teóricos del anarquismo. Nacido en Tchernaya, un pequeño pueblo en la provincia de Tver, Rusia, Bakunin provenía de una familia aristocrática. Desde joven, mostró un interés por la filosofía y las ideas políticas, influyéndose por el liberalismo y el socialismo que estaban en auge en Europa durante su tiempo.
En sus años de formación, Bakunin estudió en la Universidad de Moscú, donde se interesó por la historia y las ciencias sociales. Sin embargo, su pasión por la revolución lo llevó a abandonar los estudios y unirse a grupos de oposición política. En 1840, se trasladó a Alemania, donde se conectó con la corriente hegeliana y comenzó a desarrollar sus ideas sobre la libertad individual y la organización social.
La obra de Bakunin fue inicialmente influenciada por el pensamiento de Karl Marx, pero pronto se distanció de él, especialmente por las diferencias fundamentales en sus enfoques respecto a la revolución. Bakunin creía en la necesidad de una revuelta espontánea de las masas, mientras que Marx abogaba por una estructura más organizada y disciplinada en la lucha proletaria. Esta divergencia llevó a un intenso conflicto entre ambos, culminando en la famosa disputa en la Primera Internacional de Trabajadores.
Una de las contribuciones más notables de Bakunin al pensamiento anarquista es su crítica al estado. En su obra más conocida, "El Estado y la Anarquía", argumentó que el estado es un instrumento de opresión que debe ser abolido para que la verdadera libertad florezca. Bakunin postuló que la autoridad no debía ser transferida de una forma de opresión a otra, y abogó por la creación de una sociedad basada en la autogestión y la asociatividad.
En su vida, Bakunin participó activamente en varios movimientos revolucionarios, incluyendo la Revolución de 1848 en Alemania y la Revolución de París de 1871. Su activismo lo llevó a ser arrestado y encarcelado en varias ocasiones. En 1864, fue encarcelado en Rusia, y aunque fue liberado después de varios años, su salud se vio afectada por las condiciones de su detención.
El pensamiento de Bakunin también se extendió a cuestiones de educación y cultura. Creía que la educación debía ser libre y accesible para todos, como medio para empoderar al individuo y fomentar la creatividad y la innovación. Defendía un sistema educativo que evitara la indoctrinación y promoviera el pensamiento crítico.
A lo largo de su vida, Bakunin viajó por Europa y se estableció en distintos lugares, incluyendo Suiza y Francia. Estos viajes le permitieron interactuar con otros pensadores y revolucionarios, enriqueciendo su visión del mundo. A pesar de la represión que enfrentó, nunca dejó de escribir y de compartir sus ideas sobre la libertad, la revolución y la inutilidad del estado.
En su vida personal, Bakunin fue conocido por su espíritu bohemio y su profundo compromiso con la causa revolucionaria. Su pasión por la libertad y la justicia lo llevó a formar conexiones con diversos movimientos sociales y políticos, así como a establecer amistades con otros intelectuales de su tiempo. A menudo era visto como un líder carismático y un pensador audaz, lo que le confería una notable influencia en los círculos anarquistas.
El legado de Mikhail Bakunin sigue siendo relevante en la actualidad, influyendo en movimientos anarquistas y libertarios alrededor del mundo. Su crítica al autoritarismo y su defensa de la autogestión continúan resonando en debates contemporáneos sobre libertad, poder y revolución. Bakunin no solo dejó una huella indeleble en la historia del anarquismo, sino que también desafió a generaciones de pensadores a cuestionar la naturaleza del poder y la libertad.
Finalmente, Bakunin falleció en 1876 en Berna, Suiza, dejando un legado que sigue inspirando a muchos en la búsqueda de la libertad y la justicia social.