IX Certamen universitario

La esposa robada Abby Green ¿Podía estar seguro de que solo era un matrimonio de conveniencia? Desafío en el desierto Julianne Howells ¿Una simple estratagema o una verdadera boda real? Una reina de verdad Jackie Ashenden Cassius necesitaba una Reina... pero él ya tenía una esposa. Un encuentro especial Dani Collins Lo había planeado todo... ¡salvo convertirse en padre!

Sabed que mi nombre se perdió nos sumerge en una apasionante trama de intrigas y secretos al tiempo que se remonta a la década de 1580 para desvelar los trágicos acontecimientos que forjaron en el pasado el carácter de Alonso Cobos. Juan Tazón retoma en estas páginas las andanzas del personaje que ya protagonizó su celebrada primera novela, Los caballeros de las sombras. El lector volverá a acompañar en sus viajes, pesquisas y aventuras al capitán Alonso Cobos, un veterano de los tercios de Flandes convertido en espía a las órdenes de Juan de Idiáquez, el todopoderoso jefe de los ...

El encuentro fortuito del narrador y una mujer en un bar de Caracas dara pie a una larga conversacion que, al recuperar la vida de los otros -la de Euridice, misteriosamiente desapararecida, la de un revolucionario involucrado en la politica de los anos sesenta, la de unas prostitutas rusas trabajando en Francia o la de unos imitadores de Daniel Santos ocultandose de los sicarios en un bar- permitira revisar la historia venezolana desde la era de los caudillos hasta los anos finales del siglo XX. De corte detectivesco, Los ultimos espectadores del acorazado Potemkin es una novela definida...

«Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos todavía más cerca…». He odiado a Rachel Dawson desde que tenía siete años. Era mi vecina de al lado y mi enemiga número uno, y casi todas nuestras peleas infantiles acababan terriblemente mal. Me delató cuando me escapé una noche de casa para quedar con una chica. Y yo la delaté a ella cuando mintió diciendo que no tenía novio. Así pasamos los años de instituto, y juramos que no nos hablaríamos nunca más cuando nos fuéramos a la universidad. Y eso era lo que pensaba hacer hasta que un día, años después, apareció en la casa...