Óscar Wilde, nacido el 16 de octubre de 1854 en Dublín, Irlanda, es reconocido como uno de los escritores más célebres de la literatura en lengua inglesa. Su ingenio, su estilo distintivo y su aguda crítica a la sociedad victoriana lo han consolidado como una figura literaria icónica.
Wilde estudió en el Trinity College de Dublín, donde se destacó por su brillantez académica y su interés por los clásicos. Más tarde, continuó su educación en el Magdalen College de Oxford, donde cultivó su interés en la literatura, el arte y la estética. Durante su tiempo en Oxford, se convirtió en un defensor del movimiento estético, que promovía la belleza y el arte por encima de la moralidad.
Su carrera literaria despegó en la década de 1880, cuando empezó a publicar ensayos y obras de teatro. Uno de sus primeros éxitos fue “El retrato de Dorian Gray” (1890), una novela que explora la relación entre la belleza y la moralidad, así como el hedonismo y las consecuencias de una vida indulgente. Esta obra provocó controversia debido a sus temas audaces, pero también fue aclamada por su estilo narrativo y profundidad filosófica.
Wilde es también famoso por sus obras de teatro, incluyendo “La importancia de llamarse Ernesto” (1895), que se considera una de las comedias más brillantes de la literatura inglesa. Sus obras a menudo presentan ingeniosos diálogos, crítica social y agudas observaciones sobre la condición humana. Wilde tenía un talento excepcional para capturar la esencia de la sociedad victoriana, exponiendo sus hipocresías y contradicciones.
Sin embargo, la vida de Wilde estuvo marcada por la tragedia. En 1895, fue arrestado y condenado por "indecencia grave" debido a su relación con Lord Alfred Douglas. Esta condena no solo arruinó su carrera y reputación, sino que también lo llevó a cumplir dos años de trabajos forzados en prisión. Tras su liberación en 1897, Wilde vivió en la pobreza y el exilio en Francia, donde continuó escribiendo, produciendo obras como “La balada de la cárcel de Reading” y “De profundis”, un extenso poema en prosa que reflexiona sobre su vida y sufrimiento.
Óscar Wilde murió el 30 de noviembre de 1900 en París, a la edad de 46 años. Aunque su vida personal estuvo marcada por el escándalo y la persecución, su legado literario ha perdurado a lo largo del tiempo. Su ingenio, su capacidad para desafiar las normas sociales y su búsqueda de la belleza continúan inspirando a generaciones de lectores y escritores.
Hoy en día, Wilde es recordado no solo por su genialidad literaria, sino también por su valentía en la defensa de la libertad individual y la expresión artística. Su vida y obra son un poderoso testimonio de la lucha por la identidad y la aceptación en un mundo que a menudo castiga la diversidad.