Imagina que rompes todo

Interfec es la mas fabulosa y enrevesada historia de ciencia ficcion realista jamas escrita. Saltos de tiempo, viajes a universos alternos, todo es posible para un Interfec salvo algo: reconocer su origen primigenio. Esta es la historia de un hombre comun enfrentado a una aventura cosmica sin precedentes. Endiabladamente enrevesada y magica, es la critica que han hecho a esta novela. Y lo es, pero se deja leer de un tiron."

De la autora de Yo antes de ti, una sensacional colecci�n de relatos llenos de romanticismo, humor y emoci�n. Nell tiene veintis�is a�os y nunca ha estado en Par�s. Ni siquiera ha pasado nunca un fin de semana rom�ntico en ninguna parte. Viajar al extranjero no es realmente lo suyo. Pero cuando su novio no se presenta a su miniescapada, Nell tendr� la oportunidad de demostrar a todos -incluso a s� misma- que se equivocan. Sola en Par�s, descubre una versi�n de su personalidad que ni siquiera sab�a que exist�a: independiente e intr�pida. �Se convertir� este fin de ...

Never in a million years did I think it would be Ian Parker who saved me... I know I should stay away from Ian Parker. But when my drug-dealing stepdad kicks me out, I have nowhere to go. Squatting in an abandoned shed on Ian's grandpa's farm seems like as good a plan as any. Ian finds me there, of course, and he insists on me moving into his spare room. I should say no, but the appeal of a roof and a warm bed is too much. Not to mention Ian's brown eyes and strong arms. We're nothing alike, but the spark between us is undeniable. My life is finally looking up. Until I call the cops on my...

La niebla cubría Londres como telarañas grises. Hacia el atardecer, había subido desde las orillas del Támesis en densas nubes y se había extendido por toda la ciudad. La niebla se deslizaba por las calles y finalmente alcanzaba hasta el callejón más pequeño y el último rincón de esta enorme ciudad. Ya era más de medianoche cuando el autobús se detuvo en la solitaria parada de Pelton Street. El autobús de dos pisos parecía una gran sombra oscura. Con un siseo de los frenos, se detuvo. Salió un solo pasajero. James McGordon rondaba la treintena, llevaba una chaqueta de cuero...