El parque de la luna

Carlo Frabetti es un destacado escritor, matemático y divulgador científico español, reconocido por su contribución a la literatura infantil y juvenil, así como por su labor en la divulgación de las matemáticas. Nació el 15 de diciembre de 1945 en Bologna, Italia, aunque se trasladó a España en su juventud, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional.

Frabetti se graduó en matemáticas y comenzó a trabajar como profesor, lo que le permitió acercarse a la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas desde una perspectiva más creativa. Su pasión por la enseñanza lo llevó a escribir numerosas obras centradas en la matemática y la ciencia, con el objetivo de hacer estas disciplinas más accesibles y entretenidas para los jóvenes. A través de sus libros, busca inspirar una nueva generación de amantes de las matemáticas, enfatizando su belleza y utilidad en el mundo real.

Uno de los aspectos más destacados de la obra de Frabetti es su compromiso con la literatura como herramienta de enseñanza. Entre sus obras más reconocidas se encuentran “Matemáticas, un juego que no acaba” y “El juego de las matemáticas”, donde presenta conceptos matemáticos fundamentales de una manera lúdica y atractiva. Frabetti utiliza personajes entrañables y situaciones cotidianas para desmitificar las matemáticas y hacerlas más cercanas a los jóvenes lectores.

Además de su actividad como autor, Carlo Frabetti ha trabajado en prensa y televisión, donde ha sabido combinar su amor por las matemáticas con su habilidad para comunicar. Ha colaborado en programas educativos que buscan fomentar el interés por las ciencias entre los estudiantes, y ha participado en conferencias y talleres en colegios y universidades, acercando las matemáticas a un público más amplio.

Un aspecto significativo de su carrera es la serie de “El árbol de la vida”, que es un conjunto de cuentos que también tratan temas científicos y matemáticos. A través de estas historias, Frabetti invita a los lectores a explorar conceptos complejos de forma sencilla y entretenida. Esta serie ha sido muy bien recibida por tanto por críticos como por lectores, y ha contribuido a establecer a Frabetti como una figura importante en la literatura infantil y juvenil en España.

En el ámbito de la literatura para adultos, sus obras también han ganado reconocimiento. Frabetti ha escrito novelas que abordan no solo las matemáticas, sino también cuestiones filosóficas y existenciales. Entre sus obras más aclamadas se encuentran “La historia de la matemática” y “El infinito en un junco”, donde explora las conexiones entre la matemática, la ciencia y la vida cotidiana.

La influencia de Carlo Frabetti en la educación y la cultura se puede medir tanto por la cantidad de obras publicadas como por el impacto que ha tenido en sus lectores. Su capacidad para unir la literatura y la ciencia ha permitido que muchos jóvenes se sientan atraídos por las matemáticas, y ha contribuido a cambiar la percepción de esta disciplina, a menudo vista como difícil o aburrida.

Frabetti continúa activo en el campo de la literatura y la divulgación científica, participando en proyectos que fomentan el interés por las matemáticas y la ciencia. Su dedicación a la enseñanza y su pasión por las letras lo han consolidado como un referente en el ámbito de la divulgación científica y la literatura infantil, dejando un legado significativo para futuras generaciones.

En resumen, Carlo Frabetti es un autor versátil y comprometido con la enseñanza y la divulgación de las matemáticas, que ha logrado construir puentes entre la literatura y la ciencia. Su obra invita a los lectores a explorar un mundo fascinante que une creatividad y razonamiento lógico, haciendo de la matemática un tema accesible y atractivo para todos.

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Me llamo Márgara Averbach. Cuando era chica, mis padres, mi hermano y yo viajábamos mucho, siempre en auto. A San Salvador de Bahía, en Brasil; al Cuzco, en Perú; a Ushuaia por una ruta toda de ripio, no de pavimento como ahora. Eran días y días de auto y para que el viaje se nos hiciera más fácil, mi mamá nos leía en voz alta. Un libro a papá, el único que manejaba; un libro, a nosotros dos, en el asiento de atrás. En esos tiempos, lo confieso, a mí me gustaba tanto el viaje como el lugar al que llegábamos. Y me gustaba porque dentro del auto, el aire era todo historias. Desde ...