Diario de una mujer requerida

Entre Le Poète et Le Silence des agneaux, Olivia Kiernan signe son entrée parmi les plus grands. Irréversible Dublin. Le docteur Eleanor Costello, scientifi que respectée, est retrouvée morte chez elle. Suicide ? Implacable À peine remise des coups reçus lors de sa précédente affaire, la commissaire Frankie Sheehan se voit confi er l'enquête. La disparition du mari d'Eleanor puis la découverte d'une deuxième et bientôt d'une troisième victime lui prouvent qu'elle est en présence d'un tueur en série. Et que ce tueur aime jouer avec la mort. Irrespirable Victimes consentantes,...

Olivia McGovern estaba embarazada. Gracias a un apasionado encuentro durante la fiesta de Navidad de la empresa, Olivia estaba esperando un hijo del famoso abogado Lucas Hunter. ¡Y él ni siquiera parecía recordar la noche que habían pasado juntos! En cualquier caso, Lucas insistía en casarse con ella... ¡por el bien del bebé! ¿Cómo podría Olivia lograr que llegara a amarla y así poder formar una verdadera familia?

Peces y espejos, colores esperando en los museos, celos, ombligos en fuga, amores oníricos, un masoquista que llora de oreja a oreja, son algunos de los ejes que conforman este libro desfachatado y tierno. Insólito y frágil. Como un concierto, El perro que comía silencio consta de tres movimientos: Mi primera muerte, La música y el resto y Huesos. Escritos en un tono lúdico e intenso, en estas páginas el lector transitará por una gran variedad de temas donde la música es quizá la única certeza. Sobre El perro que comía silencio se ha dicho: Pocas veces se tiene el privilegio de...

Guapo es poco para describir al hermano de Carla, mi mejor amiga. Desde que lo conozco me deja sin aliento. ¿Que por qué no le coqueteo o intento algo con él?, pues primero no es fácil tener 24 años y ser virgen, o sea, cero experiencia comparada con todo el recorrido que él tiene y segundo, porque es un completo cretino, un macho alfa, seguro de si mismo y rodeado siempre de mujeres... ¿Qué le podría ofrecer? lo único que tengo de sobra son mis 113 kilos, que no puedo cambiar. Solo puedo obtener de él las burlas que se le ocurren. Pero un día nada especial, se para frente a mi...