Estampas y visiones habaneras
Jorge Mañach siempre dejó constancia del gran cariño que sentía por Sagua la Grande, su ciudad natal. La rebautizó como Sagua la Máxima, y en una de sus impagables glosas la describió como "una villa pulcra y luminosa, limpia y clara". Sin embargo, fue La Habana la ciudad de la cual más escribió, pues fue allí donde residió por más tiempo. Su primer acto de amor a nuestra capital fue Estampas de San Cristóbal (Editorial Minerva, 1926, 283 páginas), donde recopiló los trabajos publicados por él en el diario El País, entre julio y agosto de 1925. Es, como comentó Mario...