Padres separados

Este libro es para todas las mujeres que aún creen en que sí es posible vivir felizmente casadas. Tanto si son solteras y su sueño es casarse, como para las casadas que quieran trabajar para que sus matrimonios sean más felices y también para las separadas que quieran darse una segunda oportunidad. En el libro se comparten experiencias y recomendaciones prácticas para aprender de otras personas y no cometer los mismos errores.

Las parejas tienen desacuerdos. Sin embargo, cuando nos vemos envueltos en discusiones, muy a menudo la meta no es resolver el conflicto en cuestión, sino ganar el pleito. Desafortunadamente, cuando usted gana un argumento, su pareja es quien pierde, y nadie quiere estar o vivir con un perdedor. Cuando usted resuelve un conflicto, su pareja se convierte en su amiga. Los buenos matrimonios se basan en la amistad, no en ganar discusiones. Ahora Chapman provee a las parejas con un plan sencillo para que ambos ganen, logrando solucionar los problemas cotidianos y los desacuerdos. Al aprender...

Perder el miedo a la muerte de un ser querido desde el amor, la compasión y el cuidado. A lo largo de nuestra vida afrontaremos, de forma inevitable, la pérdida de la gente que amamos. Sin embargo, la despedida sigue siendo un paso decisivo que no siempre sabemos dar correctamente, pues el miedo y el desconocimiento generan muchas dudas que suelen quedar sin respuesta: ¿Cómo podemos brindarle una buena calidad de vida hasta el último momento? ¿Qué hacer para aliviar las complicaciones que se presentan al final del camino? ¿Cuáles son las palabras adecuadas para despedirnos? En este...

Es una versión postmoderna de la Cenicienta: lo que fue Ensio Viera Curbelo en vida, y lo que nos ha dejado. No hay hada madrina o barita mágica. Hay voluntad de escuchar y de desactivar maleficios que "imperan". Sobre todo hay fiesta, aunque, a veces esta sea dispersada, a medianoche, por los agentes del "orden"Un cuento sí, me lo he inventado para llenar los huecos; esos detalles de la vida de Ensio , segada por el primer zarpazo de SIDA, antes de que yo estuviera disponible para escucharlos. Era mi deuda pendiente.