Casa de Salud

¿De qué sirve la soledad si no se tiene a alguien con quien compartirla? No son si no aquellos espíritus, agobiados y marchitos, los que tienen las más grandes e inimaginables historias. Gargantas que duelen por guardar palabras, corazones que sangran por sentir. Si solo se vive para sufrir, qué mas da que una vida se extinga en el anonimato. Los años transcurren sin que los corazones cambien y lo único constante es el odio y el desprecio. Temblando de frío, sobre la comodidad de las piedras y el arrullo del hambre, un pequeño osezno reprocha su vida con todo su ser.

La vida de un niño nacido en la frontera no es fácil, pero Güero sabe cómo hacerle frente: escribiendo poemas. Güero tiene doce años y es mexicano y americano al mismo tiempo. Sabe sentirse en casa en ambos lados del rio, y en su vida hay tanto español como inglés. Güero ha comenzado el séptimo año en la escuela, y su profe de inglés hace que hasta los poemas suenen cool. Güero es como llaman a los chicos como el: pálidos. Pero no te equivoques, nuestro héroe pelirrojo y con pecas es puro mexicano, como el Canelo Álvarez. Además, Güero es un nerdlector, gamer, músicoque se...

Si tú también te mueres de ganas por saber qué pasó cuando Juanjo conoció a Ashley, ¡este es tu libro! Joé, a las tías no hay quien las entienda. Desde luego, no hay quien entienda qué quieren los chicos. Y a la que ha venido de intercambio la pillo todavía menos. Si me hago lío con los listenings, la voy a entender a ella, macho. No poder ir al Baile de Primavera con Cameron me parecía la peor de las tragedias, pero ¿esto? Pasar un mes en este apartamento diminuto, con esta familia absurda y teniendo que ir a clase con el estúpido que me ha tocado de compañero... ¡Esto sí...

La joven Asmira de Saba tiene una misión que cumplir: robar el anillo del rey Salomón para liberar a su pueblo. Pero, cuando Bartimeo se cruza en su camino, la misión dejará de ser difícil... para convertirse en imposible. ¿Qué hace un genio como yo convertido en un vulgar esclavo? Antes era poderosísimo, y miradme ahora: en pleno siglo X antes de Cristo y a las órdenes del cretino de Khaba. Me paso los días recolectando alcachofas (pero solo las más bonitas) o picando hielo de las montañas para que los sorbetes del rey estén bien fresquitos. Y todo porque mi amo tiene miedo de...