Augusto Monterroso nació el 21 de diciembre de 1921 en la ciudad de Guatemala, Guatemala. Es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Su obra es conocida por su brevedad y su estilo único, que captura la esencia de las historias en pocas palabras. Monterroso fue un maestro del relato corto y su trabajo ha influido en generaciones de escritores en América Latina y más allá.
La familia de Monterroso se trasladó a México cuando él era aún un niño, debido a la inestabilidad política en Guatemala. Creció en un entorno donde la literatura y el arte eran valorados, lo que influyó en su posterior carrera como escritor. A partir de 1944, Monterroso comenzó a publicar sus primeros relatos en revistas literarias y periódicos. Su habilidad para sintetizar ideas complejas en frases concisas lo llevó a ser reconocido rápidamente en el ámbito literario.
En 1959, Monterroso publicó su obra más emblemática, “El dinosaurio”, que se considera un hito en la narrativa breve. Este microcuento, que consta de solo una oración, ha sido analizado y comentado extensamente debido a su profundidad y a la manera en que juega con el tiempo y la existencia. La frase "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" ha resonado en la literatura y es un ejemplo de cómo Monterroso logra evocar emociones y reflexiones con una economía de palabras asombrosa.
El estilo de Monterroso ha sido descrito como irónico y metafórico. A menudo utiliza la parodia y el humor sutil para abordar temas serios y complejos. Su obra incluye otros relatos cortos, ensayos y cuentos que reflejan su aguda observación del ser humano y sus costumbres. Entre sus colecciones más destacadas se encuentran “La letra e” y “Cuentos completos”, que demuestran su versatilidad y maestría en el cuento.
A lo largo de su vida, Monterroso también se destacó como un ensayista y traductor, contribuyendo al estudio de la literatura y la difusión de obras de autores extranjeros en el mundo hispano. Falleció el 7 de febrero de 2003 en la Ciudad de México, dejando un legado literario que continúa inspirando a escritores y lectores en todo el mundo.
Monterroso es recordado no solo por su genialidad narrativa, sino también por su compromiso con la literatura y su deseo de explorar la condición humana a través de la palabra escrita. Su influencia perdura en la literatura actual y su obra sigue siendo objeto de estudio y admiración.
En resumen, Augusto Monterroso es un ícono de la literatura breve, cuyo trabajo ha desafiado las convenciones narrativas y ha dejado una huella indeleble en la literatura de habla hispana. Su capacidad para contar historias en pocas palabras es una testamentación de su talento y creatividad.