El mago de Viena

Dice Sergio Pitol en las páginas que el lector tiene en sus manos: “El escritor sabe que su vida está en el lenguaje, que su felicidad o su desdicha dependen de él. He sido un amante de la palabra, he sido su siervo, un explorador sobre su cuerpo, un topo que cava en su subsuelo; soy también su inquisidor, su abogado, su verdugo. Soy el ángel de la guarda y la aviesa serpiente, la manzana, el árbol y el demonio”. Pitol sueña la realidad y ha hecho de la distorsión un arte. El mago de Viena es una muestra de esta poética en la que la literatura es otra forma de lo real, quizá la...