Sin tiempo que perder (2007-2008)
Las mudanzas y los cambios en nuestro paisaje cotidiano son una buena ocasión para reparar en que tal vez no sea más tarde de lo que pensamos, pero sí que en los negocios del vivir no hay tiempo que perder. Con paisaje del alma o sin él, con casa de la vida o sin ella, el camino nos espera, la intensidad del vivir no admite tregua. En estas páginas desfilan/pasan, los días invernales de Bucarest, una ciudad entre oriente y occidente, con nieve en las calles y bandadas de cornejas en el cielo de sus atardeceres; bisericas oscuras, casinos, ruinas, sinagogas y cementerios recónditos. Y...