En dirección contraria

No hay forma de escribir, no hay forma de actuar sin rendir un inevitable tributo a los momentos y las sensaciones que han dejado en nosotros los que nos han precedido y nos han ido formando como personas y personajes. No podemos escapar de repetirlos a nuestra manera, porque las glorias, los amores y las tragedias están esparcidas al tuntún en el palimpsesto que nos han prestado para vivir, como lo están el talento, la belleza y todas esas cosas que nos gustan, que nos provocan y nos excitan. Precisamente la cita y la excitación, esas dos formas de poner en movimiento, de sacar de su...